jueves, junio 01, 2006

ETAPA 5: BURGOS - CARRION DE LOS CONDES

Empieza el día muy, muy frío. Es una mañana gélida en Burgos y el viento sopla fuerte. Durante la noche he tenido que ir al servicio a hacer mis necesidades, beber agua para aliviar la sequedad de boca provocada por el vino y desconectar el cargador de la batería de la cámara de fotos, y sólo ir desde la litara al cuarto de baño, me he quedado helado. Tras los preparativos, un desayuno ligero y arranco de nuevo en solitario. Richard tiene que volver a la carretera así que nos despedimos hasta Carrión de los Condes, en teoría, 86 km más adelante.
Salgo de Burgos con facilidad, sin tener que atravesar feas zonas industriales, y empiezo a rodar entre campos de cereales. Aún abrigado con camisata, maillot, pulóver y chubasquero, el frío en las piernas, manos y cara se hace notar. La etapa de hoy se supone sencilla, pues se trata de un trazado prácticamente llano. Disfruto pedaleando entre esos amplios campos de cultivos y me llaman la atención los campos de amapolas, preciosos prados verdes punteados con rojas flores; no puedo resistirme a parar para tomar algunas fotografías para el recuerdo. Pienso en una foto de esas ampliada en enmarcada. También sonrío al ver un paisaje que me recuerda a Bill Gates, pues es la mismísima imagen del fondo de pantalla que trae el Windows XP.
Al llegar al primer pueblo de la ruta, Tardajos, noto que las alforjas tienen un movimiento extraño, algo va mal. Continúo, pues me encuentro ascendiendo y, al llegar a la plaza del pueblo, analizo el problema; un tonillo de sujección del portaequipajes cercano al eje de la rueda trasera se ha aflojado y, además, he perdido uno los que la unen a la parte baja del sillín. Soluciono el problema quitando uno de los tornillos que portabidón para sustituir al perdido, y aprieto el que está flojo. De ahora en adelante, comprobaré a diario el estado de la bici.
Durante el pedaleo me planteo las ventajas e inconvenientes de hacer el Camino andando o en bicicleta; seguro que sobre ello se pueden decir infinidad de ventajas e inconvenientes de una y otra forma. No cabe duda de que el trato con los otros peregrinos es más próxima, más cercana cuando se hace a pie, sin embargo, es normal encontrar y coincidir siempre con la misma gente, pues las etapas suelen ser siempre las mismas. Por contra, al ir en bicicleta coincides y conoces a gente diferente en cada albergue. Realizar largos largos trayectos entre campos de cereales a pie, debe ser desesperante, mientras que en bici los pasas más rápido, pudiendo parar cuando a uno se le apetece. En mi caso, conducir la bici me llena de satisfacción, aunque se presente una dura subida o una fuerte bajada, pues en un caso, sentir que mi esfuerzo me lleva adelante y, en otro, la sensación de velocidad y concentración total, me encanta. Puedes parar junto a algún peregrino y entablar conversación cuando quieras. Precisamente en Hornillos del Camino, me encuentro con un paisano de Vecindario, con el que coincido en muchas aficiones; fotografía, senderismo, naturaleza... Desayuno naranja, plátano y galletas y después tomamos café.
Continúo la marcha con la misma monotonía, anchos campos de cereales a un lado y a otro y pistas de tierra que suben y bajan muy suavemente, hasta que, poco antes del bonito y escondido pueblo de Hontanas, a lo lejos, veo un montículo de piedras en el margen derecho de la pista, que en ese momento llanea. Según me acerco, obervo dos mochilas junto él y, sin embargo, no veo a ningún peregrino en las inmediaciones. Sigo avanzando hasta que, al pasar de largo junto a las mochilas, dejándome llevar por la inercia de la velocidad, la fugaz visión de una pareja de enamorados tumbados entre las espigas del trigal, besándose apasionadamente, me llama la atención; ¡dos sexagenarios que aún viven la pasión del amor!
Ya en Hontanas, hundido entre dos valles, al pasar por la calle Peregrinación, dejo atrás la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción y me encuentro con dos chicas que requieren mi ayuda; intentan hacerse entender con una señora del pueblo para que les hierva agua para cocinar un sobre de pasta. Hago de intérprete de estas chicas belgas y, una vez solventada la cuestión, continúo por un bonita pista que se va estrechando hasta convertirse en un sendero que desemboca en la carretera y que me lleva a las ruinas de San Antón, antiguo convento gótico fundado por Alfonso VII en el siglo XII, utilizado como albergue de peregrino y famoso porque en él se curaba el "mal de San Antón", una especie de lepra medieval.
Siguiendo la carretera llego a Castrojériz, donde admiro la Colegiata de Nuestra Señora del Manzano, de estilo gótico.
Después, tras cruzar el río Odrilla, me sorprende un duro repechón inesperado de unos 2 o 3 kilómetro; la cuesta de Mostelares. Consigo subir sin bajar de la bici, arrastrando esos 30 kilos de bici y alforjas y me paso a contremplar el paisaje lleno de satisfacción.
Avanzo y, justo antes de entrar en la provincia de Palencia, saco unas fotos de la Ermita de San Nicolás y del puente Fitero sobre el río Pisuerga. Ya en la nueva provincia, realizo un alto en la Ermita de la Virgen de la Piedad para reponer fuerzas, poco antes del primer pueblo palentino del Camino de Santiago, Itero de la Vega.
En Boadilla del Camino veo un rollo gótico del siglo XV y, abandonada esta población, empiezo a pedalear junto al Canal de Castilla, una obra de ingeniería de enorme envergadura realizada bajo el reinado de Fernando VI en el siglo XVIII. El principal objetivo de este Canal fue librar del aislamiento físico y económico a Castilla y León y comunicarlos con el océano a través de la navegación fluvial. Su construcción duró casi un siglo y recorre un total de 207 kilómetros con un desnivel a lo largo de su trazado de 150 metros. Realmente impresionante.
Ruedo ahora hasta Frómista, con mucho viento lateral que hacer realmente incómodo el pedaleo, además las molestias que arrastro en el trasero y que no mejoran. Aquí me deleiteo con la Iglesia de San Martín, románica, mi estilo arquitectónico preferido, y de la que tomo fotos desde casi todos los ángulos posibles. Más adelante, ya de vuelta, añadiré las fotos de todos estos sitios.
Desde Frómista hasta Carrión de los Condes, pedaleo junto a un río y la carretera, con viento cruzado, haciendo este tramo interminable.
Ya en Carrión de los Condes, a donde llego las 17'00 h, me espera Richard, quien me informa que el albergue está lleno y podemos ir a un antiguo colegio ahora regentado por unas monjas que nos acogen por poco dinero. Ducha de rigor y a comer algo. Hace frío. Nos acercamos al Centro de Salud porque mi amigo tiene dolores en la rodilla y yo aprovecho para que me vean si tengo alguna herida. Yo creo que cuando me toca con una gasa, empeora la molestia, pero asegura que no tengo ninguna herida abierta, tan sólo una irritación. Me recomieda ponerle yodo y nada de cremas ni vaselinas.
Finalmente vemos llegar a Jesús, el mayor de los otros dos miembros del grupo y, lo llevamos al albergue. El otro se aloja en el "albergue oficial" porque ha habido una peregrino que lo ha tenido que irse por problemas médicos. Una vez todos acomodados vamos a cenar a un sitio donde cenamos muy bien; patatas a la marinera, lomo adobado y natillas de postre.
Han sido casi 90 km y estamos muy cansados.
Mañana toca etapa corta, 40 km, para recuperar fuerzas para lo que se avecina.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Juan, veo que el camino te va poniendo en forma y que tu culo aunque dolido, va soportando el duro y estrecho sillín, así como los innumerables baches del camino. Según cuentas, y muy bien por cierto, el viento ha hecho aparición, así como el frío. Te diré para tu satisfacción que hay un aumento de las temperaturas por lo que podrás quitarte algo de esa ropa que se hace incómoda para pedalear.
Si vuelves a ver a las Belgas diles que hay un gallego que las está esperando para enseñarles....... Santiago, je je je.
Felicidades por ese nacimiento que has tenido en la familia, estará orgullosa de su primo!!. Espero que te acostumbres a pedalear con viento porque en castilla es lo que prevalece, y cuidfa las rodillas del frío que a mí me dió bastante disgusto y sufrimiento.
Te diré que eres un gran narrador.
Aprovecho para saludar a mis amigos de Las Palmas, felicitar a la familia de Gonzalo por lo de la niña y a tu familia que veo que te sigue cada día.
esto es como los culebrones, nos tienes enganchados al ordenador.
Un abrazo y ....Buen Camino.

Anónimo dijo...

Vas mejorando ja ja. Que suerte ver la amapolas y los prados verdes, sabía que estaban así en esta época, esa es una de las cosas que más me atraen de hacer el camino de Santiago por estas fechas. Por temas de trabajo no pudo ser, pero en septiembre ¡¡veremos!!.
Gonzálo felicidades a tí y a tu family por tu niña. Ya me estaba acostumbrando a leer tu notas de dos en dos ¿que ha pasado? ja ja
Felicidades a Ana Loreto también aunque no nos conocemos pero se que traes a una criaturita en camino.
Me alegro de que tengas la oportunidad de escribir, se te echa de menos cuando no apareces Juan Alberto.
Cuidate mucho...
saludos

Anónimo dijo...

Hola de nuevo Juan,me pregunto como haces para narrar con tanta facilidad el tipo de costrucción que vas viendo, de todas formas gracias por esas explicaciones históricas, haces mas amena e interesante la lectura, me hago eco de Pepi, debe ser maravilloso contemplar ese manto de amapolas, me imagino esa brisa en la cara y ese olor que se quedará para siempre en tus sentidos...por cierto las dos Belgas son las mismas que la parejita de las mochilas...si esas las del revolcon
es que leyendo rapido me acaba de entrar la duda... eso de hervir agua para pasta no cuela Juan... en fin..

Imagino que hacer el recorrido a pie es para hacerlo en grupo, por lo que relatas tu opción solitaria en bici a sido la idónea...
Que sepas que tus relatos me hacen pensar...maldita sea tenía que estar allí..

En fin Juan, por la mañana en el curro y ahora en casita, no te pierdo la pista....
Hasta mañana y que duermas bien...
Saludos a los Blogeros...Gracias Jaime,Ana y Pepi por acordarse de mi felicidad inmensa para octubre de este año...Aitana

Anónimo dijo...

Hola Juanito,
Vaya ambientazo que hay todos los dias por el blog si casi parece un canal del irc.
La verdad que se te dá muy bien eso de escribir, describir, el viaje y aunque te quite algún tiempo poner en orden todas las ocurrencias del día creo que vale la pena.
En fin ánimo y pa` lante.
Saludos a Mozón, Ana, Pepi, Gonzalo y C?

Pablo

Anónimo dijo...

Hola, Juan Alberto.

Soy Angel ‘el envidiado’. Ayer, en una pausa durante el curso, me comentó José Luis que había hablado contigo y que ya estabas en la provincia de León. Veo que, aunque surgen dificultades, no hay nada que te pare y vas como una máquina.
Esta tarde salgo para Santander, por lo que no sé si te voy a poder seguir “virtualmente” hasta mi regreso, el martes. Supongo que, para entonces, ya habrás llegado –o casi- a Santiago. Es una pena que tu aventura no haya comenzado tres días más tarde; de esa forma nos podríamos haber visto hoy en Burgos y te podría haber dado un abrazo en nombre de toda esa gente que te sigue.
Gracias por el regalo que nos haces a todos los que leemos tus relatos. Gracias por esas descripciones tan amenas que nos acercan un poco a tu aventura. A mí personalmente, me hacen retroceder en el tiempo unos cuantos años, reviviendo experiencias como las que tú ahora estás viviendo.
Sobre tus reflexiones en cuanto a la conveniencia de hacer el Camino caminando o en bici, comparto tus ideas. Una peregrinación caminando te acerca más a la gente, la experiencia humana del Camino –que, para mí, como bien sabes ha sido lo mejor- se vive más intensamente, se saborea más cada recodo del camino...En bici, en cambio, puedes ver más cosas, tienes más flexibilidad para desplazarte en caso de que surjan imprevistos. No sabría decirte cuál de las dos opciones me gustó más.

Ánimo y un abrazo para ti y para todos tus ‘fieles blogeros’.

Ángel.

Anónimo dijo...

Amigo, a parte de buen narrador eres un atleta. Tío con el culo cuadrado yo no se si me hubiera arrepentido ya o le hubiera adaptado un cojín a ese odios sillín.
Recuerdame cuando vuelvas, ponerme enfermo si me invitas a salir en bici porque NO PIENSO SEGUIRTE uff uff.

Un abrazo
Alejandro

Anónimo dijo...

Hola Juan, aquí me tienes otra vez. He estado pensando en como solucionar los problemas de tu culo y solo se me ocurre una solución sicológica, piensa en lo que debe sufrir el culo de Boris y así te dolerá menos el tuyo ja ja ja. Gonzalo me ha hecho dudar con lo de las Belgas, te han dado algo de espagueís?, no me digas que no han compartido contigo algo de ese manjar a cambio de tu traducción!!!. Y.... después de los espaguetis hubo postre? ja ja ja.
Bueno amigo, espero que las fuerzas te acompañen y te darás cuenta que vas cogiendo la forma a medida que pedaleas.
Saludos a todos los que comparten este blog y espero reponer tus fuerzas......físicas cuando llegues con un buen papeo.
Saludos y.....Buen Camino.