miércoles, mayo 31, 2006

ETAPA 4: SANTO DOMINGO DE LA CALZADA - BURGOS

Ayer, tras comer en Santo Domingo de la Calzada, doy una vuelta por el centro de la pequeña ciudad, que tiene una Catedral preciosa. El Albergue está muy bien y tiene un aspecto bastante familiar. En una especie de ático, un salón cocina con los baños y, a ambos lados, dos grandes dormitorios.
Mi nuevo amigo Richard, un vasco de 31 años, y yo, compramos unos espaguetis, salchichas, beicon, queso rallado y salsa de tomate, además de unos tomates que picaremos con ajo. Invitamos a un peregrino a acompañarnos a la mesa y él pone una botellita de vino. La cena está acompañada por un escandaloso chico que se ha pasado con la bebida, aunque no crea ningún problema.
Otra buena noche, sin molestias y amanezco ayer a las 6'00 h. A las 7'00 h salgo y, como Richard tiene el soporte portaequipajes roto, decide ir por carretera. Además, espera que abran Correos para quitarse 6 kg de exceso de equipaje. Yo empiezo y decido hacer la etapa en solitario.
La etapa del día de Canarias empieza con la salida de Santo Domingo por el puente sobre el río Oja, que da origen del nombre de la Comunidad Autonómica, La Rioja. Después, tras pedalear entre campos de cultivo, llego al Grañón que será el último pueblo de la provincia riojana. Después, también entre extensos cultivos de cereales, llego a Redecilla del Camino, ya en Castilla-León.
Continúo y comienza a hacer frío, por lo que, antes de iniciar el descenso hacia el pueblo de Belorado, tengo que ponerme el impermeable para cortar un poco el frío viento; el cambio de temperaturas se ha notado considerablemente. Richard me llama por teléfono para decirme que me espera en Belorado, donde sellamos las Credeciales en el albergue y parroquia renacentista de Santa María, que tiene un retablo de Santiago caminante del que saco una foto. Tras realizar una compra en un autoservicio, vamos a la plaza del pueblo donde entramos en un cafetería para tomar un café con leche para ver si entramos en calor. Yo lo acompaño con pan con semillas de sésamo recién horneado y un delicioso tomate. Richard y yo nos despedimos, el tomará de nuevo el asfalto y yo continuaré por la pista, hasta más adelante.
Continuando por el Camino, llego hasta el pueblo Villafranca de Montes de Oca, a los pies de los Montes de Oca, desde empieza un duro ascenso al Alto de la Pedraja (1.150 m). En el inicio tengo que echar pie a tierra en más de una ocasión ya que, como los amantes del ciclismo de montaña saben, ponerse de pie sobre la bici para imprimir más fuerza al pedaleo y sentir que se pierde tracción, es síntoma de que la dureza es extrema y que necesario parar y empujar. Cuando la pendiente se vuelve más gradual entro en un precioso bosque, al parecer el último que veré hasta el Bierzo en León, sobre un manto verde de alta hierba y helechos. Al coronar la cima encuentro un Monumento a los Caídos. Desde allí, y salvando previamente un fuerte repechón en una estrecha senda, comienzo un largísimo descenso hasta el Monasterio de San Juan de Ortega para sellar la Credencial y continuar hacia Agés. Aquí paro para comer algo de fruta y descansar del esfuerzo anterior. Continúo el pedaleo, me divierto, voy bien de forma. Observo que "sólo" me quedan 581 km para Santiago.
Desde allí llego a Atapuerca, famoso por sus yacimientos arqueológicos, y comienzo un complicado ascenso en la Sierra de Atapuerca junto a unas descuidadas alambradas de una zona militar. Una vez en lo alto, la recompensa es el inicio de una divertida bajada trialera con la vista de la monumental capital burgalesa en la distancia dejando una mina de hierro a mi derecha.
La entrada a Buegos es complicada y me paso el desvío original del camino por lo que, cuando me doy cuenta, decido volver hacia atrás, unos 2'5 km durísimos debido al fuerte viento de cara.
Estoy agotado y llegar hasta el albergue rodando por los polígonos industriales de Burgos y entre las calles de la ciudad, me desaniman ligeramente después de lo bien que iba.
Circulo a lo largo del río Arlanzón hasta llegar al Parque El Parral, donde se encuentra el albergue, unos barracones de madera anticuados y en mal estado. Richard me espera y nos acomodamos, por suerte, en un amplio dormitorio que aún está vacío, por lo que podemos elegir litera. Los otros dos compañeros de viaje que siempre van juntos, son el burgalés Jesús, de 67 años y origen Aranda del Duero, y Manolo, de unos 40 años y de Valencia, ya se han acomodado, pero a ellos les ha tocado el pequeño dormitorio, ya atestado de gente.
Tras la ducha, nos vamos los cuatro al centro de Burgos para visitar la Catedral y comer algo; unos buenos bocatas de morcilla de Burgos con unas cañas de cerveza bien fría y de segundo, para mi, media ración de asadura que está exquisita. De postre, cortado con un poco de Baileys, un día es un día.
Después hacemos una pequeña visita turística, viendo el Paseo del Espolón, el arco de Santa María, la Catedral con el famoso papamoscas, ese muñeco del siglo XVI que abre la boca cuando da cada campanada, el Ayuntamiento y la Plaza Mayor. Después se echan unos Riberas del Duero, tras tener un altercado en un bar en el cual nos servían Cigales, que según Jesús es tan buen vino como el Ribera del Duero, por Ribera del Duero. Compramos un par de botellas y nos las llevamos al albergue. Lo pasamos realmente bien y nos echamos unas risas.
Después a dormir y prepararse para el día siguiente. Hoy han sido unos 80 km y mañana esperan otros tantos; Burgos - Carrión de los Condes (Palencia).

lunes, mayo 29, 2006

ETAPA 3: LOGROÑO - SANTO DOMINGO DE LA CALZADA

La etapa de hoy ha concluido con un recorrido final de 53 km. Logroño - Santo Domingo de la Calzada, ambas poblaciones en la Comunidad Autónoma de La Rioja.
El albergue estaba genial y, nuevamente, no ha habido ronquidos ni molestias de otro tipo. La noche ha sido buena y he podido descansar aunque, como noches anteriores, dando muchas vueltas. El dormitorio era una gran habitación llena de literas de dos alturas y me tocó la cama baja de una de ellas, justo a la entrada. Hacia las 6'00 h me he despertado y, al ver la hora que era, me puesto en pie. Lo primero, asearse para despejarse. Después he tomado un café con leche de la máquina del albergue con medio bocadillo de jamón y queso que dejé ayer para tener algo que echarme a la boca. Yo acostumbro a desayunar fuerte todos los días pues me levanto con hambre, por lo que ahora, con el ejercicio que estoy haciendo, pero todavía. Suficiente para emprender la marcha hasta encontrar una cafetería o supermercado más adelante. Estos días atrás no había podido hacer acopio de provisiones. A la hora de salir, y antes de abandonar el albergue, saludo a un chico con el que he coincidido las dos noches anteriores. Va con otros dos, uno bastante mayor y otro de mi edad. Tas charlar un poco, me dice que venía sólo y que se ha encontrado con los otros dos que también hacen el Camino en solitario. Me dice que me anime y vaya con ellos, pero le digo que no se preocupe. Salimos al fresco de la mañana, las 7'00 h, y termino de acondicionar las alforjas. El grupo también sigue allí, ultimando también los detalles. El chico de antes me vuelve a decir que les acompañe y, al insistir en que no se preocupe, que ya nos encontraríamos más adelante, el tercero de ellos arranca y se alejan los tres. No me gusta hacer esperar a nadie y a mi me quedaba aún estirar antes de montarme en la bici.
Salir de Logroño no es complicado si te vas fijando bien en las flechas amarillas que señalizan el Camino de Santiago. Disfruto con el pedaleo de primera hora de la mañana, en el que el clima y las fuerzas acompañan. Pronto dejo la urbe y me interno en el Parque de la Grajera, un parque alrededor de un embalse donde se pedalea a gusto. Sólo dos grades torres de comunicaciones en el borde del embalse afean la bella imagen. Abandono el Parque y, tras subir un pequeño alto, me dirijo a Navarrete. Hasta ahora el cielo está cubierto y amenaza lluvia, pero de momento se mantiene. Llegado a Navarrete subo hasta la plaza de la Iglesia de la Asunción, donde, debido a la amenaza de lluvia, decido vaciar las alforjas y meter toda la ropa en bolsas de plástico para evitar que se mojen. Aprovecho y tomo algunas instanaténeas del la iglesia. ¿Me acordaré luego dónde tomé cada foto? Busco una tienda y una anciana que barre su pequeño balcón, a la que pregunto, me dice que hasta las 10'00 h no abren nada en el pueblo. Así que decido continuar. Justo a la salida del pueblo, oigo un grito y, al girarme, veo al grupo de tres ciclistas del albergue que se acercan. ¿Cómo es posible si salieron antes que yo y llevo casi 20 min ordenando el contenido de las alforjas? Al parecer, se perdieron en la salida de Logroño y ¡pedalearon por una autovía! Ya desde ese momento, empezamos los cuatro juntos, pero no vi un buen ritmo. El chico con el que hablé por la mañana parece que está contento con sus nuevas amistades, ya que paran demasiado y no mantienen un ritmo constante. Mientras, el tiempo se mantiene estable, aunque empieza a hacer acto de presencia el temible viento. Aún así, este chico y yo adelantamos y, en un cruce de caminos, nos acercamos a Ventosa, donde encontramos una pequeña tienda, tan pequeña como que es la entrada de una casa terreras de las de antes, y compramos fruta, galletas y Aquarius. La verdad es que ese desayuno, galletas, plátano y naranja, me sabe fenomenal y me sienta mejor. Continuamos hacia Nájera, pasando primero por el Alto de San Antón, donde tenemos que bajarnos de la bici para atravesar un tramo. Justo ese tramo está lleno de pequeños montículos de piedra, hechos por los caminantes, que dan al lugar un aspecto curioso. Luego, mientras bajamos hacia Nájera por una pista divertida, nos encontramos con el Poyo de Roldán, una pequeña elevación en la que Roldán venció al gigante musulmán Ferragut.
Ya entrados en Nájera, buscamos el albergue para sellar la Credencial pero, como está cerrado hasta las 14'00 h, decidimos ir al ayuntamiento, donde nos sellan. Justo enfrente, vemos el monasterio de Santa María la Real fundada en el año 1052.
Salimos de Nájera y nos encontramos un fuerte repecho del que ya éramos conscientes y del que nos advertía a nuestro paso una chica con la frase: "no os queda ná". Pedaleamos y, efectivamente, encontramos una fuerte subida que ataco hasta que a mitad de recorrido tengo que parar ante la llegada de un gran rebaño de ovejas recién trasquiladas. Después continúo y veo que no ha sido para tanto.
En trayecto a Nájera vemos un Rollo de Justicia, una cruz que indicaba el camino a los peregrinos y que servía para atar a los malhechores. El pasaije es típico de esta zona tan famosa por sus vinos; extensiones de viñedos y campos de trigo aún verde.
Hasta Cirueña otra subida fuerte que subo de un tirón, disfrutando del esfuerzo. Lo que ya no soporto es el dolor del trasero. Lo tengo demasiado resentido. Desde lo alto, unas espectaculares vistas que se ven alimentadas por tener nuestro destino a tiro de piedra.
Ya desde allí hasta Santo Domingo de la Calzada unas bajadas con las que me divierto y, sabiéndome acompañado, arriesgo hasta alcanzar una velocidad de 48 km/h.
La entrada por la calle principal hasta un albergue donde nos dan acogida, nos duchamos y salgo a comer.
Mañana intentaré llegar hasta San Juan de Ortega (46 km) o Burgos (75 km).

domingo, mayo 28, 2006

ETAPA 2: ESTELLA - LOGROÑO

Hoy domingo, el día ha amenecido muy, muy temprano. A las 5'20 h ya estaba con los ojos abiertos. La noche ha sido buena, no ha hecho frío y no ha habido mucho ruido en el dormitorio, por lo que, a pesar de que he dado mil vueltas en la cama, he dormido bien. A las 6'00 h han encendido las luces y he subido a la cafetería del polideportivo a desayunar; zumo de naranja, pan bizcochado con mantequilla y mermelada, un par de magdalenas, galletas María y un café con leche. Después, he preparado el equipaje colocando las alforjas mejor que ayer, pues había momentos en que las rozaba ligeramente con el talón del pie. Tras unos estiramientos, emprendo la marcha. Son las 7'15 h de la mañana y hace fresco, pero voy bien. Tengo el trasero muy, muy dolorido, por lo que me pongo bastante crema hidratante para, al menos, evitar que me salgan rozaduras. La verdad es que voy bien, me siento bien, y el Camino empieza sencillo. Lo primero que me encuentro es el Monasterio de Irache, donde están las famosas bodegas y saco alguna foto con la fuente de vino y agua. Lleno el bidón de la bici con vino... bueno... mejor con agua y continúo. Sigo y, antes de llegar a Villamayor de Monjardín, saco una foto a la Fuente del Moro, un precioso aljibe del s. XIII, con el Castillo de San Esteban en lo alto del monte al fondo. Después, hasta Los Arcos, disfruto. Una ancha pista de gravilla con muchos tramos de descenso suave y alguna que otra subida también sencilla. Por fin me he sentido bien, feliz, y me he sorprendido a mi mismo exclamando de satisfacción; ¡qué guapo!, ¡qué maravilla!
Llego a Los Arcos, donde admiro la Iglesia de Santa María, según los entendidos, de estilos románico, gótico, plateresco y barroco, con torre renancentista, que fue inaugurada por Felipe II. Ahora el recorrido no es tan sencillo como antes y alguna vez he tenido que bajar de la bici a empujar. Desde Sansol llego a Torres de Río, ambos muy cercanos, donde contemplo la preciosa Iglesia del Santo Sepulcro, de planta octogonal y bóveda califal, un símil del templo de Jerusalén. Desde allí y por camino complicado, con muchas subidas y bajadas, piedras y senderos, llego a Viana, último pueblo antes de abandonar Navarra y entrar en La Rioja, no sin antes sufrir mi primer pinchazo de la ruta, lo cual me hace perder bastante tiempo en cambiar la cámara de la rueda trasera. Pasear por el casco urbano de Viana es un placer y es en la Plaza del Los Fueros, entre el ayuntamiento y la impresionante Iglesia de Santa María, de estilo gótico, donde me siento a descansar disfrutando de un refresco. Después y antes de salir del pueblo, compro un tomate de la zona, muy sabroso, que como con un pan. De ahí, hasta Logroño, donde entro a las 13'00 h por el puente de piedra. El Albergue de Pregrinos abre las 14'00 h, por lo que decido recorrer el casco viejo en bici. Al final, entre unas cosas y otras 57 km recorridos. Cuando abren el albergue, me instalo, sólo 3 € y está genial. Me ducho, hago la colada y me voy como unas alcachofas de la zona muy buenas y un filete de ternera a la plancha; quedo como un Señor. Después, bajo un sol de justicia y una temperatura de 30º C a la sombra, vengo a un Ciber a contar mis dos primeras etapas. El albergue cierra a las 21'30 h y hay que abandonarlo antes de las 8'00 h.
Durante todo el recorrido he coincidido con frecuencia con un grupo señores mayores italianos, con los que he conversado. Llevan unas bicicletas de envidia y no llevar alforjas ¿?.
Para mañana Logroño - Santo Domingo de la Calzada, unos 50 km., con el Alto de la Grajera y el Alto de San Antón. Espero empezar temprano para evitar el fuerte calor de estos días, aunque el INM pronostica lluvias. Espero que no pasemos de un extremo al otro.

ETAPA 1: PAMPLONA - ESTELLA

Bueno, llegó el momento de contar mi primer día del Camino de Santiago desde un ciber de Logroño.
Podría resumirlo en SUFRIMIENTO; sí, la etapa de ayer fue más dura de lo que imaginaba. También es verdad que se juntaron varios factores, entre ellos la semana de inactividad pasando seis horas sentado, el calor (30 grados a la sombra), el horario (a las 3 de la tarde subiendo el Alto del Perdón) y la alimentación.
Bueno, la mañana empieza sin contratiempos, me despierto a las 7'00 h de mañana para coger el autobús del hotel que me lleva al Terminal T4 a las 8'00 h en punto. Sin embargo, no puedo desayunar, ya que, si bien entre semana el desayuno empieza a las 7'00 h, los fines de semana la cafetería abre a las 8. Tampoco hay problema con la facturación, sin embargo, como pronosticaba el día anterior, IBERIA siempre tiene alguna sorpresa reservada; esta vez, para empezar, el vuelo se anuncia retrasado 10 minutos, que no es mucho. Llaman al embarque, subimos al autobús y, cuando esperamos dentro del mismo, nos hacen bajar, al parecer, porque falta un miembro de la tribupación y deben localizar a alguien de imaginaria... ¡¡no, por favor!! Al final, por suerte, según nos devuelven nuestras tarjetas de embarque y entramos de nuevo en la terminal, nos comentan que podemos embarcar al cabo de menos de un minuto. Menos mal... Ahora, en el autobús la anécdota; un chico se nos ha colado al equivocarse de puerta de embarque, ya que su vuelo, destino Vigo y en última llamada a sus pasajeros, tenía asignada la puerta contigua a la nuestra y se despistó. Le pide al conductor que pare y le deje allí mismo, pero el chófer le dice que eso no puede hacerlo, pero que avisa por la emisora.
El vuelo es largo pero tranquilo. Llegamos al aeropuerto de Pamplona sobrevolando el Monte del Perdón, que a lo largo del día tendré que subir, pasando Cizur Menor y Mayor. Recojo el equipaje sin problemas y busco un rincón fuera del terminal para desembalar y montar la bici que, afortunadamente ha llegado sin ningún problema. Por el retraso del vuelo y lo que tardo en montar la bici y cambiarme de ropa, salgo de Noáin dirección Pamplona sobre las 12'00h, para recoger mi Credencial.
Empiezo a pedalear y me siento muy bien, con fuerzas y con ganas. Hace sol pero el aire es fresco. Si embargo entrar en Pamplona es más complicado de lo parece; arranco en dirección correcta, pero doy la vuelta porque me da la impresión que la carretera me lleva a una autopista. Vuelvo sobre mis pasos y tomo otra que también me lleva a otra autopista. ¿Qué hago? Pues preguntar, aunque sabemos que los hombres nunca hacemos eso. Me mandan al mismo sitio por donde iba la primera vez, pero esta vez tomo otra salida que, tras pasar por un zona comercial, desemboca en la Avenida de Zaragoza. A partir de ahí, rodar por Pamplona es genial. Ya conocía la ciudad y había visto dónde estaba el Arzobispado, por lo que no tengo problemas en llegar hasta él. Allí, toco a la puerta y me recibe un señor que me da la Credencial y rellena una ficha con la que se queda. No sé si fue el haber puesto que realizaba el Camino por fines deportivos y que me declaraba ateo, ellos lo ponen como "Sin religión" que, cuando iba a abandonar el lugar, me dice que debe cobrarme. Yo le pregunto que cuánto es y me responde que la voluntad ¿? Entonces, ¿cómo es que me tiene que cobrar? Y si no me da la gana de darle un céntimo ¿es eso cobrar? En fin... que aflojé y me fui de allí... Empecé oficialmente a la una de la tarde.
Seguí el Camino por el interior de Pamplona, pasando delante de su precioso ayuntamiento que estaba muy animado con bailes típicos en su plaza, me crucé con pasacalles, crucé la Vuelta del Castillo tras haber dejado la Taconera a mi derecha, y enfilé la calle hacia Cizur Menor.
En Cizur Menor me despisto y cojo un camino equivocado siguiendo la carretera en vez de desviarme por una pista de tierra a la derecha. El calor empieza a apretar y estas equivocaciones se pagan. Una vez en el buen camino, empiezo a subir un sendero que se empina hasta el punto que he de bajar del sillín; es mi primera bajada de la bici, pero no será la última. Con las temperaturas subiendo, comienzo el ascenso al Alto del Perdón, lugar "Donde se cruza el Camino del Viento con el de las Estrellas", tal como reza el Monumento a los Peregrinos. Y es que la cima de este monte está plagada de molinos de viento para generar energía eólica. Si bien no se sube hasta lo más alto del monte, al ascenso hasta el lugar por donde pasan los peregrinos es muy, muy duro llevando 10 kg en las alforjas. En muchos tramos tuve que bajarme de la bici para arrastrar y, aún así, era difícil mover la parte de atrás debido a su peso.
Una vez en lo alto, sobre las 15'00 h, una parada para contemplar el paisaje, se contempla Pamplona y su aeropuerto en la distancia, y tomar algunas fotos. Un grupo de ciclistas que van de vacío, sin alforjas, descansa. Se lo han montado muy bien, porque me da la impresión que entre los 6 o 7 se han alquilado una furgona grande en la que llevan todo y creo que van turnando el conductor. Tras varios minutos de descanso, y una vez elloa han iniciado el descenso, es mi turno. Había leído que la bajada era complicada y ciertamente los es. Mucha piedra suelta y tramos muy pronunciados; prefiero no arriesgar y bajo despacio.
Gracias a las fuentes que me encuentro a lo largo del recorrido, puedo ir refrescándome y tomando agua, porque este calor ya no hay quien lo aguante. Uterga, siguiente pueblo en mi etapa, es donde paro a comer algo; medio bocadillo y un Aquarius para reponer sales minerales. Sin embargo, el cansancio es muy grande, y las fuerza está muy justas. Cuando termino en el Albergue "Camino del Perdón" continúo y tomo la senda señalada pero me lleva a un terreno impracticable para la bici. He de volver al Albergue para seguir por carretera hasta Muruzábal, después vuelvo a la senda original y llego a Obanos, donde fotografío la preciosa Iglesia de San Juan Bautista. Prosigo hasta Puente La Reina, donde sello mi Credencial y visito la Iglesia del Crucifijo del s. XII-XIII, de fundación templaria y con una portada preciosa, la Iglesia de Santiago, también con pórtico románico. Para salir de la población, cruzo el puente románico que le da su nombre. Me encuentro a 20 km de Pamplona y continúo dirección Estella. Hasta allí todo es sufrimiento. Bajo el terrible sol, el camino se vuelve sendero y algunos trazados provisionales se empinan tanto, que arrastro la bici caminando 20 metros y parando para recuperar el aliento. Maldecía contínuamente; si esto iba a ser así todos los días, iba a fracasar. Pero luché contra las adversidades hasta llegar a Lorca, donde una pareja de amigos que se preparaban para las fiestas de esa noche, estaban montando un escenario en la plaza del pueblo, me dicen que el camino que queda es fácil. A mi se me antoja duro, ya que voy con las fuerza al límite. Llego a Estella a las 20'30 h, sin fuerza para ver nada, sólo para buscar un alojamiento y descansar. Paso por delante de la Iglesia del Santo Sepulcro, con un pórtico impresionante, hasta llegar al albergue, que está lleno, por lo que tengo que ir hasta el polideportivo de Ayegui, a la salida de Estella, acondicionado para los peregrinos. Allí si tienen cama, una litera en un cuarto grande bajo las gradas del polideportivo. Tras una ducha, las instalaciones están bien, subo a cenar para recuperarme; pasta y filetes de pechuga de pollo. El alojamiento con desayuno me cuesta 8 €. Sobre las 22'00 h me voy a dormir, porque el albergue hay que abandonarlo antes de las 7'30 h y nos despiertan a las 6'00 h. Me cuesta conciliar el sueño porque, sin pensar en las consecuencia, me tomé dos PEPSIs durante la cena para paliar el calor y el cansancio. Estoy molido, me duele el culo del sillín, pues para este recorrido es imprescindible la amortiguación delantera. Duermo poco pero bien y, afortunadamente, nadie ronca de forma escandalosa.
Aunque la distancia media prevista a recorrer es de 50 km al día, mi idea es hacer menos en las etapas iniciales que son más duras y aumentar en Castilla, pues es más llana y se presta a ello con el mismo esfuerzo, al final he recorrido 67 km en una etapa que, teóricamente, era de 45 km. Las equivocaciones, el ir a Pamplona desde el aeropuerto y las obras de la autovía Logroño-Pamplona (al parecer incrementan el recorrido en unos 5 km) han pasado factura. A ver cómo se presenta el día de mañana.

viernes, mayo 26, 2006

ESPERANDO LA PRIMERA ETAPA

Por fin... ¡¡Acabo de terminar el curso!! Y no lo celebro porque no me haya resultado interesante, al contrario, creo que he recibido pocos cursos tan buenos como este, tanto por el contenido como por los profesores, que suelen ser el factor decisivo. Además, ha tratado todos los aspectos relacionados con trabajo diario, los sistemas de comunicaciones tierra-tierra en el mundo aeronáutico, y que, dicho sea de paso, me encanta. Y es que es verdad, tengo que confesar que mi trabajo me gusta. Sin embargo, celebro que haya terminado porque, además de que es muy pesado mantenerse seis horas sentado en una silla durante cinco días, tenía ganas de cerrar esta fase y entrar en la siguiente: volar a Pamplona para empezar a rodar, y eso será mañana.
Hoy por la mañana no he podido actualizar este diario porque, como decía días atrás, he reforzado el embalaje de la bici para evitar sorpresas y, además, como buen y aplicado trabajador que soy, he visitado a mis compañeros de los Servicios Centrales de Madrid para ver algunos temas profesionales, y otros que no lo son tanto, antes de pasar fuera 2 semanas. He comprobado mi correo por si había algo importante y, finalmente, me he venido al curso.
Ahora ya estoy centrado en la etapa de mañana. Esta es mi planificación, que espero poder cumplir. El vuelo a Pamplona, de 1h 10' de duración teórica, todos sabemos cómo funciona IBERIA, tiene prevista la llegada a las 10'55 h, por lo que espero poder empezar antes de las 12'00 h. Como decía ayer, iré a Pamplona a por la Credencial, unos 7 km adicionales de calentamiento, y depués emprenderé ruta; Cirzur Menor, ascenso al Alto del Perdón (735 m), Uterga, Obanos, Puente la Reina (unos 24 km hasta aquí), Cirauqui, Villatuerta, Estella (unos 43 km hasta aquí). Probablemente esa será mi primera etapa, ya que empiezo tarde y, como primer día, creo que será suficiente. En cualquier caso, mañana espero poder conectar y contar cómo me ha ido el día.
Sobre el blog, quisiera decir que hay un lector, al menos uno, que creo que no conozco y que ha realizado un comentario dándome ánimos y asegurando unirse a la aventura; espero no defraudar a ninguno con mis relatos.
Sobre mis preocupaciones acerca del clima, ¡¡no había pensado en el viento!! Mmm... El INM dice que nubes y claros y bancos de niebla y temperaturas altas (cerca de los 30º de máxima).
Por último, y por no aburrir más, ayer tuve una breve conversación con dos compañeros del curso que trabajan en Baleares sobre mi aventura y se sorprendían de que fuera sólo, la misma reacción de uno de mis compañeros de Madrid. Uno me reconocía que no había hecho el Camino hasta ahora porque no tenía con quién ir y le dije que prefiero ir sólo a no ir.
Pues nada, espero poder contar mañana mi primer día de peregrinación hacia Santiago de Compostela...

jueves, mayo 25, 2006

LA DECISION ESTA TOMADA

Cuando uno plantea una duda, una decisión que tomar, la plantea en voz alta o pide directamente la opinión de sus amigos, la mayoría de las veces tiene tomada ya la decisión y, símplemente, busca el apoyo del resto para confirmar su decisión ¿no es cierto?
Yo conocía ya Roncesvalles, Burguete, Espinal, etc. por un viaje que hice en Septiembre del año pasado cuando, incluso, llegué a darme un baño (como Dios me trajo al mundo, todo sea dicho de paso) en el embalse de Irabia, situado en el famoso Bosque o Selva de Irati. También guardo un precioso recuerdo, si bien está más alejado de esta zona de Roncesvalles, de la foz de Lumbier y de Arbayún, que recomiendo visitar, aunque sea virtualmente. Volver a recorrer esta zona en bicicleta tiene su atractivo, pero ganar dos días reduciendo la distancia en unos 45 km permite disponer de más tiempo para disfrutar de otras aspectos del Camino. Una conversación en esta línea con un amigo de Madrid, que compartió conmigo aquel maravilloso baño en Septiembre, y los comentarios enviados a este Blog por otro amigo, al que no le falta nada de razón, han supuesto el respaldo a la decisión que quería tomar. Además, tengo ganas de empezar ya a dar pedales. Por lo tanto, empezaré desde Pamplona. Ahora el Camino ha pasado de 730 km a recorrer en 13 días (una media de 56 km por día) a 685 km a recorrer en 14 días (una media de 49 km por día). No me parece mucho, teniendo en cuenta que ahora los días aquí en Madrid tienen muchas horas de luz; está anocheciendo sobre las 21'00 h, por lo que tengo más de 12 horas de luz para recorrer esa distancia.
Lo primero que debo hacer al llegar a Pamplona, una vez ensamblada la bici y comprobado que no ha sufrido ningún daño durante el transporte, es acercarme al Arzobispado que ya tengo localizado para solicitar la Credencial del Peregrino, esa "cartilla" que te van sellando a lo largo del recorrido en albergues, iglesias, monasterios, etc. y que permite obtener la Compostela, un certificado en latín que acredita que se ha peregrinado a Santiago.
Por otro lado, compruebo que puedo empezar la ruta con buen tiempo aunque hay probabilidad de chubascos por la zona cantábrica. Echo de menos a ese colega que oberva a diario las páginas del INM y que podría interpretarme mejor los mapas de isobaras. Ya veremos...

miércoles, mayo 24, 2006

¿DONDE EMPIEZO?

Me ha sorprendido gratamente la reacción de algunos de los que me leen; no sé por qué, pero se han emocionado leyendo y ya me explicarán las razones. Otros no se han visto sorprendidos porque me conocen y han estado junto a mi hasta el mismo día antes de comenzar la aventura y, aunque no físicamente, continúan junto a mi "sin problema ninguno". He recibido el apoyo de más amigos, ofreciéndome su ayuda en caso de cualquier problema y, en Santiago, no sólo me espera el Santo, sino un amigo gallego.
Es difícil encontrar algo que contar sin aburrir, sobre todo cuando sigo aquí, en el hotel de Madrid, esperando el día de partida.
Empiezo a dudar sobre el punto de partida que, desde un principio, siempre he tenido claro que sería Roncesvalles/Orreaga, en la frontera con Francia. Sin embargo, ahora me planteo comenzar en Pamplona/Iruña. El sábado llego al aeropuerto de Noáin, a 7 km de Pamplona, sobre las 11'00h y, si decido empezar en Roncesvalles, tendré que esperar al único autobús que sale a las 16'00h y buscar alojamiento a la llegada, para empezar al día siguiente. Si decido empezar en Pamplona, una vez monte la bicicleta, empezaré a pedalear que, ciertamente, es lo que más me apetece ahora mismo. La ventaja es notable; gano casi dos días, el de desplazamiento hasta Roncesvalles y el de la primera etapa, que es Roncesvalles-Pamplona, sobre todo cuando ya conozco esa zona, así como la capital navarra. Será la primera decisión que tenga que tomar... También dependerá del clima que me encuentre a la llegada, ya que no es recomendable la etapa Roncesvalles-Pamplona por el camino original en caso de lluvia.
Espero que la preparación física haya sido suficiente y que no me fallen las fuerzas. Algunos me han dicho que es muy duro... Además de las salidas habituales de 30-35 km un par de veces en semana, la semana pasada salí con las alforjas montadas para habituarme a ellas. Gracias a eso pude corregir pequeños detalles que me hubieran resultado muy molestos al empezar el Camino. Al facturar el domingo, supe por fin el peso que iba a tener que arrastrar conmigo; nada más y nada menos que 1o kg de alforjas y 20 kg de bicicleta.
A lo largo de la mañana de hoy mi intención es reforzar un poco el embalaje de la bici para evitar que la horquilla sufra más.

martes, mayo 23, 2006

ANIMO Y APOYO

Continúa la cuenta atrás. Ayer le comenté a un amigo que había creado este blog, este diario electrónico, para intentar contar y recoger mis impresiones y sentimientos del día a día durante este peregrinar hacia Santiago. Realmente su aprobación me ha motivado para sacar tiempo durante la ruta, a pesar del cansancio de la etapa diaria, buscar un lugar donde poder conectarme a la Red y seguir escribiendo. Esta mañana he recibido los mismos comentarios de una amiga, que refuerzan mis intenciones. Gracias a ellos por su ánimo y apoyo.
Ahora mis preocupaciones son las condiciones meteorológicas que me voy a encontrar. Ayer, el pronóstico del tiempo indicaba que hoy habría precipitaciones y descenso de las temperaturas en el norte de España, tal como muestra la imagen, pero que a lo largo de la semana mejoraría con un ligero ascenso de las temperaturas; temo tanto a la lluvia como al calor.


lunes, mayo 22, 2006

LA META ES EL CAMINO

Recuerda que la meta es el camino. Ayer recibí el mensaje de un amigo con ese recordatorio. Si bien lo tenía presente, la frase lo resumía todo. Ese descubrimiento de nuevos lugares y gentes a lo largo del recorrido hacia Santiago, de situaciones en las que hay que improvisar y tomar rápidas decisiones es lo que debo vivir, sentir y aprovechar al máximo. Por supuesto que deseo llegar a Santiago de Compostela y, como cualquier otro peregrino, sentir la satisfacción de haber logrado el reto personal, pero también tengo claro que si encuentro algún obstáculo insalvable, aprovecharé el tiempo que me quede haciendo otro turismo más cómodo y tradicional. En cualquier caso, quiero se optimista y pensar que no voy a encontrar ningún problema insuperable (físico, anímico, mecánico, climatológico, etc.)

Un poco de historia
Ya por los años 90, sentía la llamada de una aventura de este tipo. Soñaba con una ruta por el norte de la España penínsular. Yo animaba al grupo de amigos con los que salía habitualmente en bici con salidas periódicas por nuestra isla de Gran Canaria. Les mostraba mi libro de rutas en bicicleta por España, todavía lo recuerdo y conservo, ya que por aquel entonces Internet todavía estaba en pañales. Trataba de explicarles que este tipo de excursiones no pretende ser una competición ni una carrera de un origen a un destino, sino que se trata de un tranquilo paseo, con las paradas necesarias, y disfrutando del trayecto y la compañía de nuestros compañeros de viaje. Recuerdo que estuvimos planeando una salida, con nuestra lista de cosas que debíamos llevar y tener en cuenta; por primera vez los vi ilusionados y con ganas de emprender un viaje así. Sin embargo, a la hora de la verdad, o bien la falta de recursos económicos o de tiempo, fueron la excusa para dejar el sueño de lado. Después de aquello, pasaron los años y nunca tuve oportunidad de hacer algo parecido. Eran viajes más cómodos, pero no menos interesantes y atractivos. Escapadas de multiaventura al norte de España, viajes a lugares remotos para conocer culturas y paisajes distintos a los nuestros; Jordania, Namibia, Costa Rica...
Es ahora, cuando mi situación personal ha cambiado, cuando he decidido vivir esta experiencia que espero me ayude a conocerme más y mejor, y a sentirme independiente, libre y dueño de mi propio destino. Todos piensan que estoy loco al lanzarme sólo a una aventura de este tipo, pero hace tiempo que decidí que no iba a dejar de hacer nada que me apeteciera por no tener con quién ir. Comenté mis intenciones y nadie quiso compartir la experiencia, así que no voy a abandonar por ello. Sé que tarde o temprano más de uno hará lo mismo o algo parecido y entonces podré compartir con el ellos las anécdotas vividas.

domingo, mayo 21, 2006

COMIENZA MI AVENTURA

Comienza mi aventura...
Ayer hice los últimos preparativos en casa, ropa, herramientas, aseo personal, ocio, documentación y, finalmente, embalé la bicicleta concienzudamente.
Esta mañana todo ha salido bien... he podido llevar la bici al aeropuerto no sin algún problema de espacio en el coche que, afortunadamente, han podido ser solucionados. Después he facturado y he volado a Madrid en un vuelo tranquilo y sin contratiempos.
Tampoco he tenido problemas en el famoso T4, maletas puntuales y mi bici allí, en equipajes especiales. Se ha llevado un buen golpe en la parte baja de la horquilla a pesar de haberla protegido con gomaespuma, pero creo que ha sobrevivido. Me queda la duda del resto, pero como no quiero desembalarla para facturarla así mismo el próximo sábado hasta Pamplona, tendré que aguantar la incertidumbre.
La idea es asistir esta semana al curso de Comunicaciones que imparten nuestros compañeros de Madrid en SENASA y, el sábado, volar a Pamplona para empezar el Camino de Santiago desde Roncesvalles y en solitario.
Está todo calculado hasta ese domingo día 28 de mayo, a partir del cual nada se puede planificar con seguridad. Sólo una declaración de intenciones y unas enormes ganas de empezar a rodar en dirección oeste, disfrutando de cada momento, de cada golpe de pedal, de cada paisaje, de cada monumento, de cada encuentro con otro peregrino o habitante de los infinitos pueblos que recorre esta ruta y, porqué no, de cada esfuerzo por superar un obstáculo, una dura subida o un problema técnico, y de la capacidad de superación e improvisación que tenemos cada uno de nosotros, de conocer nuestros límites, no sólo físicos, sino psíquicos y anímicos.
Ganas, muchas ganas de que llegue el próximo domingo y empiece a improvisar en mi peregrinar a Santiago de Compostela.